¿Carne para todos?
Durante los últimos seis años dijimos:
• Que la crisis ganadera nacional y provincial era inocultable tal como lo demostraba cualquier indicador que se analizara.
• Que la sequía agravó la situación generada por la nefasta política ganadera nacional vigente desde fines de 2005. Desde esa fecha se sucedieron, sin solución de continuidad, medidas que atacaron duramente a la producción con fines que resultaban difíciles de explicar.
• Que el peso mínimo de faena, las limitaciones y prohibiciones a las exportaciones, la constante intervención de los mercados con precios de referencia, regulación del Mercado de Liniers, compensaciones a los feedlots, ROE rojo, y stock de intervención, fueron los instrumentos que lograron un nivel nunca visto de faena de hembras y de merma en la producción de terneros.
• Que estos dos indicadores revelaban que la ganadería nacional estaba en un proceso destructivo, del que le costaría mucho reponerse.
• Que La Pampa no era ajena a dicha situación: ofertas desusadas de terneros y vacas, precios de venta irrisorios, pérdidas de varios centenares de miles de vientres, índices de preñez que no superaban el 45%, y campos que se cerraban, lo demostraban.
En ese período nos manifestamos, incluso acompañados por comerciantes, prestadores de servicios e industriales vinculados al campo. También propusimos soluciones basadas en nuestra convicción de:
• Que los efectos en la ganadería pampeana respondían a causas preexistentes a la sequía y eran responsabilidad primaria del Gobierno Nacional.
• Que la sequía las agravó, pero sus consecuencias no hubieran sido tan severas de no existir un contexto de falta de rentabilidad verificado desde fines de 2005.
• Que los dos últimos gobiernos provinciales tuvieron responsabilidad por su omisión de defender ante la Nación a un sector productivo básico.
• Que las ayudas directas a productores, con disminución de tasas de interés y alimento para el ganado, fueron bienvenidas pero tenían muy poca significación.
• Que los principales perjudicados serían las dos puntas de la cadena de valor: los ganaderos criadores y los consumidores.
• Que también los trabajadores de la industria frigorífica estarían entre los perjudicados.
La realidad actual o del pasado reciente nos muestra:
• 12,5 millones menos de cabezas (18% del stock) en Nación, y casi 1,5 millones menos de cabezas (35% del stock) en la Provincia.
• Recupero muy incipiente del stock ganadero en el último año tanto en Nación como en la Provincia de La Pampa. De mantenerse el ritmo de incremento se precisarán no menos de 10 años para recomponer el stock nacional, siempre y cuando no aparezcan nuevas medidas intervencionistas.
• 122 frigoríficos cerrados.
• 12.350 operarios de frigoríficos despedidos, más los de Carnes Pampeanas.
• Consumo de carne un 20% menos que en el año 2009, a pesar de “carne para todos”.
• Productores que dudan en apostar al recupero del stock ganadero porque, además del clima, deben afrontar constantes intervenciones del Gobierno Nacional que les crea enorme incertidumbre de su negocio a futuro.
• Demanda de vacas que no tiene el nivel esperable después de la destrucción a que se sometió a las explotaciones de cría.
• Pueblos del interior que ven desaparecer fuentes de trabajo vitales para su desarrollo.
• Muchos esfuerzos desperdiciados en un Plan de Activación Ganadera que compartimos en su origen, pero que fue un despropósito dada la política nacional para el área.
• Muchos recursos económicos provinciales para apoyar y construir frigoríficos sin ninguna posibilidad de que trabajaran normalmente por los efectos de la política agropecuaria nacional.
También la realidad actual nos muestra:
• Continua sojización de la producción agrícola.
• Intervención estatal en la comercialización de trigo y maíz que provoca disminución de áreas sembradas, con lo que esto significa para gran parte de la Provincia de La Pampa.
• Fletes que perjudican a provincias como La Pampa alejadas de los puertos.
• Cierre de importación de insumos y herramientas básicos para la tecnificación del agro.
• Presión tributaria de los distintos estamentos del Estado que conspira contra la sustentabilidad económica de las explotaciones agropecuarias.
Lamentamos haber tenido razón y que la Provincia de la Pampa no haya encontrado la forma de defender a un sector productivo básico, como el agrícola ganadero. Lo decimos porque:
1. Con las políticas seguidas en los últimos seis años, en especial la de la producción de carne bovina, no era posible otro final como al que estamos asistiendo.
2. Causa vergüenza ajena tamaña ineptitud en el diseño de las políticas públicas vinculadas con el sector.
3. Seguimos aguardando que los dirigentes de los partidos políticos con presencia en La Pampa, acuerden que la defensa de la producción primaria debe ser política de Estado.
En el medio de las nefastas consecuencias que alertamos, proponemos:
1. Reclamar ante el Gobierno Nacional racionalidad y razonabilidad de la política de alimentos. Seguir el ejemplo de Brasil y Uruguay puede ser un buen camino.
2. Proponer que el Gobierno Nacional reemplace la actual política de producción de alimentos por otra de signo contrario que garantice la libertad de producir y de comercializar interna y externamente; el respeto irrestricto por la propiedad privada y la seguridad jurídica; una política impositiva definida por el Congreso de la Nación que no impida la rentabilidad normal de las explotaciones; y que la asistencia social con alimentos llegue al destinatario directo y no a la cadena productiva y comercial. La mejor garantía de alimentos con precios razonables para la población de menores recursos será el incremento de la producción.
3. Que el Gobierno Provincial adopte como política de estado a la defensa de la producción primaria provincial. De esta manera no habrá posibilidades de aceptar decisiones del Gobierno Nacional que la destruyan, basada en lealtades partidarias y/ o presiones de caja.
COMISION DE ENLACE DE SOCIEDADES RURALES DE LA PAMPA ADHERIDAS A CARBAP